(Don Eudulio y su pasión por los caballos) Se dedicó a estudiar medicina general, a través de un libro Argentino llamado “Consejero médico del hogar, causa y tratamiento de enfermedades”del doctor Humberto O. Swartout, en el salían descritas la mayoría de las enfermedades con sus respectivos tratamientos (aplicación de medicamentos e inyecciones), según comenta la gente, todo lo que aprendió lo puso a disposición de la comunidad, incluso si tenía que viajar 4 horas a caballo para colocar una inyección, lo hacía. Todo esto hizo que la gente confiara en su conocimiento y acudieran con frecuencia a su casa para la curación de diferentes enfermedades como dolores de muelas (mandó a hacer una silla especial para sacar muelas a don Onofre Hueicha), refrios, ayudó a mujeres embarazadas sarampión, a hombres accidentados en labores madereras (cortes con hachas), dolores de estómagos, sacar anzuelos e incluso extraer balas. Cuando la enfermedad era demasiada grave o complicada, lo trasladaba a Puerto Montt, con una carta donde explicaba los síntomas y la medicina que le había aplicado a lo que los doctores le hallaban un muy buen tratamiento. Cuando se estaba construyendo la carretera, lo autorizaron para atender a los trabajadores de la s empresas. En sus últimos años hizo cursos de primeros auxilios dictado por profesionales que llegaban en el verano a Hornopirén, era el alumno de mayor edad pero el más entusiasta
(Aquí, junto a su esposa, su nieto y Don Walter)
Se puede decir que don Eudulio Antiñirre salvó muchas vidas gracias a su inteligencia y espíritu solidario, sin importarle la condición social de la gente Pero don Eudulio fue más que una persona dedicada a la medicina, fue un hombre forjador de clubes deportivos y amante a las carreras de caballo, fue un hombre que siempre estuvo al servicio de la comunidad. Cerca de su casa preparó una cancha para hacer deportes (Panpichuela). Junto a otros jóvenes de su edad organizó un club deportivo el cual llevó el nombre de “Flor del Valle”, club deportivo con más de 46 años de existencia.(27 de marzo de 1957) Los torneos se hacían en la cancha que él habilitó, en la que su esposa preparaba cazuelas y empanadas para vender a la gente. También organizaba carreras a la chilena, ya que era muy amante a los caballos, incluso según comenta su hija llegó a tener 22 caballos, donde tenía un historial de cada caballo con su respectivo nombre. Con el tiempo preparó a su hijo menor para ser un gran jinete. En aquel tiempo era común ver a don Eudulio con su cuaderno para apostar.